Porque no hay nada mejor que escribir (desde el tendido de los sastres) y torear (desde esa gran plaza que es la vida)

21 junio 2015

15 AÑOS DESPUÉS. ESCRIBIR Y TOREAR

Ahora son fiestas de San Juan en Nules. Y hay toros por la calles. No tiendo a hablar de mí, pero hoy tengo que hacerlo aunque sea para recordarme a mí mismo que el tiempo pasa y hace ya quince años. Este San Juan me trae a la memoria que hace quince años que publiqué mi primer -y modesto- texto sobre toros, sobre festejos populares.

Recuerdo que por aquel entonces, en el pobre panorama mediático de los festejos taurinos populares en la Comunidad Valenciana –aunque pionero en España-, en el que no había aún un Internet potente, ni blogs, ni foros, ni nada por el estilo, "Bous al carrer" y "Els bous la nostra festa" eran los adalides de la difusión de la cultura taurómaca en papel. Muchas cosas han pasado –como para escribir un libro- década y media después: mayor riqueza mediática, luchas intestinas, más calidad en lo publicado, puñaladas por el poder de esa misma prensa, asociaciones o uniones de la misma… Y entre todo ello estaba yo, mero aficionado que, viendo que se hablaba de todos los pueblos y sus fiestas, menos del mío que prácticamente no tenía ningún protagonismo, se animaba a escribir para Vigo, fundador de la original “Bous al carrer”.

Nunca he recontado cuantos textos he llegado a publicar, pero hoy, aunque sea por mis quince años, rescataré el primero, el que me animó a seguir en ello y por el que hoy, en 2015, puedo seguir diciendo que mi divisa es “Escribir y Torear”:


NULES (CASTELLÓN) – FIESTAS DE SAN JUAN 2000

En este 2000, la Comisión de fiestas de San Juan de Nules, decidió cambiar de aires en la adquisición de los toros -optaron por ir a Villarreal, a "El Madrigal"-; de la misma manera que dieron un giro en el tipo de ganaderías que correrían por sus calles este año -y que además abría el abanico de ganaderías-. Sus resultados fueron los siguientes:

Sábado, 17 junio. Se dio suelta a un toro de Cortijoliva (guarismo 5), negro-bragado-meano, corniveleto y justito de kilos. El toro se mantuvo bastante entero, a pesar de la gran paliza que se dio recorriendo numerosas calles, y la que le dieron los pseudorecortadores -ahora muy extendidos- que lo atosigaron durante toda la lidia a base de chaquetita por aquí y camisa por allá; algo que posiblemente fue la causa de que se aquerenciara cada vez que encontraba un rincón tranquilo. En cuanto a las maneras del astado, no fue muy bravo, pero reaccionaba positivamente a todos los cites y metía bien los riñones en sus derrotes sobre el primer madero de las barreras. Debemos apuntar que se echó en falta la arena reglamentaria en la salida de cajón, algo achacable -en palabras de la comisión- a una orden gubernativa que aconsejó dicha falta exponiendo motivos extrataurinos.

Lunes, 19 de junio. Día de la peña "La Gàvia", exhibió dos toros adquiridos en "El Batán". Para el toro de las siete de la tarde hubo baile de corrales, el que figuraba en los carteles (de Moura) fue sustituido por uno de Herederos de Andrés Ramos (guarismo 5), colorado, bien armado y bonita estampa. En la salida fue suelto y sin fijeza, una vez lo pararon denotó una blandura que lo dejó sin fuelle bien pronto, poco después se aquerenció en la zona de arena (que esta vez sí fue puesta al servicio de la salida del toro); de allí salió tras largos minutos, para poco después voltear a un aficionado sin graves consecuencias. Para las once y media de la noche figuró en los carteles otro toro de Herederos de Andrés Ramos (guarismo 5), negro, muy bajo de cruceta, astillano aunque bizco del pitón izquierdo. Si partimos del recorrido que anduvo el toro desde el cajón al pilón, de gran número de metros, y además muy sufridos para éste; y le sumamos un palizón durante la no corta embolada; nos dió como resultado un toro "fuera de servicio". Punto y aparte.

Veinte de junio. La comisión, siguiendo su programa, presentó en la tarde del martes un toro de Teófilo Segura (guarismo 5), colorado-listón y bien armado. Tras una salida, en que apretó un par de veces a los rodadores, tuvo lo mejor poco después sobre la misma arena, donde iba pronto a los cites y arrancaba desde una distancia media. Como viene siendo habitual en cabaña brava española, el toro, tampoco iba sobrado de fuerzas, y muy pronto perdió lo bueno que podía tener. El embolado de El Toril (guarismo 5), negro entrepelado, tuvo una embolada aceptable -a cargo de Mariano y cuadrilla-; no tuvo gran historia, pero tuvo emoción en algunos momentos en que se esperaba su arrancada.

Miércoles, 21 de junio. Último día de festejos taurinos populares, toro vespertino y otro con antorchas. El primero, correspondiente a la ganadería de Joaquín Buendía Peña -patrocinado por los clavarios- estaba muy en el tipo de la casa, toro estilizado, cárdeno oscuro-bragado-meano, corniapretado y algo degollado. Decepcionó en su fría salida, desde un primer momento se sintió muy seguro en la arena que allí había, y sacarlo de ésta fue casi imposible -curiosamente cuando el toro tocaba asfalto era cuando aparecían más recortadores-; poder matarlo fue ya una odisea.

El embolado correspondía a un toro de la Asociación, herrado por los Hermanos López Aragón, negro y abierto de cuerna. Tuvo una embolada rápida a cargo de Maraya y compañía, que vino a complicarse -y mucho- cuando tras cortarle la cuerda, el toro se empeñara en perseguirle; hábilmente quebró al toro hacia un costado, pero aún así se llevó un toque de fuego en su espalda -tal vez el rabero podría haber intentado aguantar más al toro-. La noche ya no tuvo más historia.

En definitiva, siete toros, sin mucha gloria, pero que bastaron para que se concentrara la mirada taurina de los alrededores en este barrio, con una comisión que se esfuerza -y es de agradecer- por mejorar cada año.


A. Mechó (@escribirytorear)

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